oracion al cura brochero. José Gabriel del Rosario Brochero. Oraciones catolicas rezos plegarias. Oraciones a todos los santos y virgenes.
Señor, de quien procede todo don
perfecto: Tu dispusiste que San
José Gabriel del Rosario
fuese Pastor y guía de una porción de
tu Iglesia, y lo esclareciste por su celo
misionero, su predicación evangélica y
una vida pobre y entregada: te suplicamos
que por su Intercesión alcancemos
la gracia que humildemente
te pedimos… (pedir la gracia)
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
Fue un sacerdote ejemplar. Llevó el Evangelio a solitarias zonas serranas. Acompañó en sus pesares a sus pobladores. José Gabriel “El Cura” Brochero, fue proclamado el primer santo argentino.
Nació en Santa Rosa de Río Primero, Córdoba, el 16 de marzo de 1840, en una familia muy cristiana. Fue el cuatro de diez hermanos. El 5 de marzo de 1856 entró al seminario “Nuestra Señora de Loreto”, donde fue ordenado sacerdote el 4 de noviembre de 1866. Durante sus primeros años de sacerdocio fue ayudante en la catedral de Córdoba, tiempo en el que asistió a las víctimas de la epidemia de cólera que azotó a la ciudad. Tras obtener el doctorado en filosofía en la Universidad de Córdoba, fue nombrado prefecto de estudios del seminario mayor.
En su vejez el padre Brochero enfermó de lepra por convivir con enfermos que padecían esa enfermedad, aun así, sabiéndolo, compartía el mate con ellos. Por esa razón quedó sordo y ciego antes de morir, el 26 de enero de 1914.
Hermano Brochero, de las Cumbres Altas,
hoy quiero sanarme de mis males.
Baja con tu mula hasta mi propia casa,
cubre con tu poncho mi amor olvidado,
mi cuerpo en pedazos y el frío de mi alma.
Mi cabeza ardiente de amargos recuerdos
tu sombrero cubra, de luz y de calma.
Toma ya mis manos que yacen inertes,
vacías, sin vida, entre tus manos gauchas.
Tu sonrisa plena y tu mirada franca
devulvan la luz a mis ojos huecos,
llorosos de tantas lágrimas sin tiempo.
Visítame pronto, con tu mula mansa,
la imagen sagrada coloca en mi pecho,
de Jesús tu Dios, y su Madre Santa.
Y con la promesa de su nueva vida,
plena de paz, amor y alegría,
por mí y por todos los que están sufriendo,
intercede tú, hermano Brochero,
venerable Cura que andás por mi tierra
bendiciendo a todos, cual fiel mensajero
de ayer y de hoy, por valles y sierras,
con tu mano en alto y tu poncho al viento!